sábado, 28 de junio de 2008

Conflicto y clases

El contador mediático fue ineludible. La introducción al ruido y al silencio. El inicio del conflicto. 60 días, 70 días, y llegamos a los cien; más de 100, claro.Pasaron ya más de 100 días del conflicto entre los sectores campestres y el gobierno nacional.Por primera vez, la histórica clase aristócrata argentina experimentó la protesta activa. El objetivo original era la reacción contra lo que afectaba lo que ellos llamarían ´´la esencia de su riqueza ´´, y por ende, sus bolsillos. Las retenciones a la exportación de la soja, solo fueron una excusa fácil, concreta y por primera vez, con ciertos fundamentos. Fue algo a mano, la chispa para que los olvidadizos recobren la cordura individualista que tuvieron siempre y que no pueden disimular, ni aun mintiendo que ´´todos somos campo´´. Poco a poco y con tan poco, las cacerolas, los cortes, los bocinazos, y las salidas a la calle ´´espontáneas´´ fueron transformando esta disidencia de intereses, en el eje de la vida de todo y de todos . No existió la pasividad -a lo sumo la omisión- pero nos afectó y no podemos negarlo:
El rico por ser rico. Por ser el actor primordial en el desarrollo del conflicto y el ejecutor del lockout patronal, en consecuencia, de la parálisis del sistema productivo. El gran productor agrario decide entonces tomar protagonismo en la escena política nacional como hace décadas no lo hacía. No prescindieron de la concepción maquiavélica para hacer valer su justicia. Los cortes de ruta, la limitación al transporte de alimentos, combustibles, medicamentos en menor medida y otros insumos básicos para la población, fueron el medio para justificar su fin: la negación a hacerse menos ricos (será por cuestión de status, capital, o el legítimo derecho capitalista a defender el bolsillo propio a costa de todo y todos, quien sabe) La protesta de la clase alta encontró su correlato formal en la cacerola. Y Esta forma de expresar el desencanto fue una de las innovaciones que introdujo el conflicto en esta clase ascendente. En el 2001 las cacerolas ya eran victimas de la burguesia media argentina. Históricamente los grandes sectores agropecuarios o las clases altas ante el descontento con ciertas medidas de gobierno -sobre todo los populistas- por paradoja, asumieron un rol de silencio sutil. Cualquier descontento con la política estatal era evidenciado ante la planificación de un futuro golpe de estado. Tienen un pasado oscuro, pero no los oprime. El slogan utilizado fue ´´todos somos campo´´. Subsumiendo a la totalidad de ciudadanos, a la unidad campestre. La máxima exaltación a la consigna pudo verse manifestada en el otro acto por el día de la bandera en la ciudad de Rosario - en pugna con Gualeguaychu por ser la capital del slogan- en donde pudo observarse la enorme cantidad de adeptos a la causa del bolsillo.

Hay que diferenciarlos de los pequeños y medianos productores y los empleados del pequeño productor agrícola. Existe una brecha explícita entre los ingresos de los primeros y estos últimos. En el conflicto presente, nuevamente fueron los títeres ,el escudo de las grandes empresas oligopólicas. También, la gran mayoría, cortaron rutas obstinadamente. Con cierto fundamento reclamaban diferenciación de políticas con respecto a los productores con mayores recursos (maquinas que hablan, etc). La mayoría trabajan sin papeles, ni obra social, totalmente en negro. Se mimetizaron en defensa del sector ´´campo´´ hasta perderse como sujetos, adoptando los fundamentos del patrón, en detrimento, claro, de los suyos.
La clase media. Siempre idiotizada y oscilando entre la desaparición como clase social o la sumisión a la pobreza. Gran parte de esta clase social asumió un rol digno de su contradicción -devenida de la década del 90- Aquel que defendió los intereses de las cuatro corporaciones en cuestión, como si le pertenecieran. Repitiendo como loros los ecos de las críticas al gobierno, a la presidente, al campo mismo. Hicieron gala del oportunismo político, acoplando intereses de clase e ideológicos a la manifestación agraria. Por otro lado, el crítico ,el conciliador apócrifo, abundó en estas jornadas.En los últimos 3 meses vieron reproducirse casi como un calco -con sus diferentes matices- la histórica defensa de la ideología que los llevo a ser protagonistas de las jornadas de diciembre de 2001: la ideología del bolsillo. En aquel entonces los protagonistas fueron ellos. Alzaron sus voces contra el extraño experimento partidario que emprendió De la Rúa junto a otros aburridos más. En los cacerolazos del 2001 se acentuó la tradición unitaria porteña, aunque, con ecos en todo el país. El slogan adoptado fue: ´´que se vayan todos´´. Las palabras hacían referencia a la frágil situación política y a la corrupción hegemonizada en los sectores más inhóspitos de la política argentina, a sentimientos de bronca y rechazo contra los últimos gobiernos democráticos posteriores a la última dictadura militar; condensando toda ausencia de tolerancia en la descreencia política. Aun cuando las palabras susciten ciertos toques de anarquía, bastó con el gobierno de la ALIANZA
El pobre por ser pobre. Por ser el continuo afectado. En el que recae la universal carencia de las minorías dominantes. El pobre. Quien ve manoseado su bolsillo, su comida, su vivienda y su salud, su educación, su cultura, su bondad y su dignidad casi sin interludios en la historia. Están en duelo crónico. Y afectados siempre por el conflicto de ser pobres. Porque cada atentado, contra su dignidad humana, cada día, no tiene precedentes. Conocieron el bienestar en las presidencias de Juan Domingo Perón, donde asumieron el protagonismo político, ignorados hasta ese entonces por el poder de turno. El movimiento peronista, fue la antitesis del conservadurismo y la elite aristócrata. Cada acto de protesta de la masa popular, es denostado por ciertos sectores de la sociedad. No usan cacerolas, apenas hacen uso del contenido que puede caber en ella. A veces son acusados de ser apáticos políticos, aun cuando la incompresión de el contorno que los rodea como seres finitos, excusara todo avasallamiento al hilo esperanza . Otras tantas de reaccionarios sin convicciones. La realidad es que asumen la búsqueda de justicia aunque sean los eternos receptores de la injusticia que flota en el aire -prevaleciente, invasora- y la concentración del poder económico y políticos. Se los acusa a veces de ser persuadidos en los comicios electorales con todo tipo de elementos (comida, dinero, traslado, etc.) y también de vagos por cobrar planes sociales. Aun cuando siempre votan al partido que los representa como pobres; se los acusa por ser pobres. Durante este conflicto, fueron y son los verdaderos afectados. Son los originales precursores del corte de ruta, y asumieron esa conducta desde fines de 2001 hasta la actualidad, con pausas y brechas de cansancio.Dos aspectos los diferencian de los sectores que cortaron rutas hace unos días: primero, jamás paralizaron el país de tal manera, provocando desabastecimiento, aumento de precios, falta de alimentos primordiales y otras barbaridades por el estilo. Segundo, fueron siempre brutalmente reprimidos. Desalojados por la gendarmería nacional, y en las más estrafalarias muestras de verguenza e impunidad: asesinados. Las causas por los disparos hacía muchos de ellos, aun están inmóviles, en el archivo -del olvido- judicial.
Corrieron ríos de sangre en los piquetes de aquellas épocas; así como en estos últimos días ríos de leche. La leche... camufló a la sangre.

4 comentarios:

Roxana dijo...

Lucía, excelente crónica .. de una "desgracia anunciada". Siguiendo algunas líneas uno tiene la sensación de terminar leyendo ".. pero bueno, SUERTE que estamos en Argentina"..y no; lamentablemente es una cruda y real crónica de lo que somos como estado.
Mis cariños a la "ex-alumna"; mis admiraciones a la "escritora-periodista".
Visitá mi blog:
www.roxocampo.blogspot.com.
Que estes bien.
Roxana Ocampo.

Anónimo dijo...

La verdad que este conflicto ya tomó dimensiones innecesarias. Al final lo único que hacemos es retroceder para intentar avanzar. Qué buena lógica!
Estoy de acuerdo con Anto en uno de sus comentarios viejos, no es bueno dividirse en dos. Yo no comparto para NADA lo que hace nuestra señora presidenta y cía, pero tampoco las medidas indiscriminadas que toma el sector rural. Yo soy del campo ni del gobierno, pero sin embargo necesito a ambos para vivir aquí.
Es inhumano lo que pasa en este país, una vez más. No puede, ningún sector, abusarse del pueblo argentino (al que ambos defienden) para demostrar su fuerza o la veracidad de sus argumentos.
Sin embargo, tomar una postura neutra es fácil y utópico.
Esta es la realidad y hay que afrontarla. Y bajo este marco es más despreciable lo que hace el gobierno.
La política de robin hood no sirve, una persona al mando de una nación no puede determinar quién tendrá qué cosa y quién no, menos en democracia. Si quiere mejorar al país y hacer algo más equitativo para "el pueblo que la votó" que apunte a cosas sustanciales, como la educación. Pero claro que eso no conviene. El dinero es silencio, es bozal, es esclavitud. Y así el pueblo termina siendo esclavo de su propia ignorancia.
Este pueblo no está preparado para recibir lo que ella quiere sacarle a los ricos para darselo a los pobres. La educación es cultura, la cultura es trabajo, y el trabajo, progreso. Esos son los pasos a seguir señora (mejor dicho señor K).
Y si quiere ser de, por y para el pueblo, entonces dé la cara, dialogue, escuche y decida recién. Y no se preocupe por tener rosas color salmón, velas con aroma vainilla por los caminos que circule y ocupesé de la seguradad y tranquilidad de los habitantes de SU pueblo, por los caminos donde ellos vayan.

BESOS LU,
PASOO RAPIDIIIIISIIMOO
SEG DESP COMENTO BIEN JAJA
TE ADORO AMIGAAA
EL MIERCOLES RINDOO ANATOMIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ME VOI A MORIR :S

coherente dijo...

hola gracias por los comentarios, aclaro este último post lo escribió Anto :), asi que ella ya respondera para el caso.

Me voy a conocer Tucumán con Anto.
Un beso grande, ya vendrá mi comentario.

Lu

Anónimo dijo...

Me parece muy bueno el artículo relatando los hechos ocurridos a los que uno no puede estar ajeno. La explicación por clases es lo correcto desde mi punto de vista. Los orígenes del conflicto radican en los intereses de clases que tienen los sectores de la oligaquía que disfrutan históricamente de la renta diferencial de la pampa húmeda que produce a bajos costos comparados con otros países los granos, los vacunos, y en especial la soja. Este último producto que forma parte del mayor recurso exportable de la Argentina. Es una verdad de progrullo decir que representa para este gobierno uno de los recursos más representativos en la recaudación impositiva. Yo comparto el criterio del Gobierno que hay que usar esos fenomenales recursos naturales para redistribuir la riqueza. Pero mi apoyo no es equivalente a una total aceptación a las políticas que el mismo desarrolla. Nos estamos olvidando del petróleo, de la energía atómica desactivada por los Estados Unidos sobre todo en la nefasta era del “menemato”. También de la promoción industrial para la PYMES para favorecer el crecimiento del empleo.
Pero como lo importante no es lo que yo pienso sino el artículo, debo decir que este ha sido un poco duro con la clase media que es el motor junto con los trabajadores, de los cambios que se produjeron y se tienen que seguir produciendo para llevar a nuestro país a ser un lugar más justo y soberano en sus decisiones de los que en la actualidad nos toca vivir. La clase media, con el estudiantado en otras épocas era unos de los sectores más combativos de la sociedad. Me refiero a los años ’70. Por lo mismo habría que tener una política hacia los mismos, antes que una crítica dura.
Por último quiero felicitar a las/os autores de este blog porque tengo entendido que es gente joven que tiene una actitud comprometida con las cosas, lo que es mucho pedir en los tiempos que vivimos. Soy un poco mayor (57 años) y he vivido muchos momentos como para ser testigo de lo que estoy diciendo. Es todo, sigan adelante y mis felicitaciones las reitero.
Alberto Clérici